En la programación del XIX Festival Internacional de Música Contemporánea de la Universidad de Chile figura la obra Anegar cuatro instantes acuosos para flauta (2014), que será interpretada por el flautista Roberto Cisternas. El concierto se realizará el día jueves 17 de enero a las 20:00 hrs, en la sala Isidora Zegers ubicada en compañía 1264, Santiago.

Anegar forma parte de un extenso trabajo realizado el año 2014, cuyo objetivo fue la investigación referida al reciclaje en la música. Como resultado se propuso la composición de tres piezas de variado orgánico, nombradas bajo el mismo título y siendo cada una de estas tres relecturas de una misma idea musical. Esto permite la posibilidad de ser ejecutadas en forma separada o en cualquier combinación posible de manera simultánea. Anegar engloba un imaginario visual y auditivo referente al contacto con el agua, cómo ésta interactúa en su medio natural y cómo es capaz de pasar de un estado de extrema calma a verse agitada por diversos estímulos.

 

Obra compuesta para optar al grado de Magíster en Artes con mención en Composición Musical de la Universidad de Chile. 

Estructuralmente se encuentra dividida en cuatro instantes: Instante uno: “Paisaje eólico”; Instante dos: “Paisaje ondulante”; “Tercer Instante sumergido en agua”; e Instante cuarto “Curso del agua”. Cada uno de estos evoca una sensación contingente al título que lo contiene, invitando tanto al intérprete como al auditor a percibir la música de estas piezas dentro de un contexto extramusical, subjetivo e imaginario.

El instante uno – Paisaje eólico, sugiere cómo las ráfagas de viento, van agitando poco a poco la tranquilidad en la que se encontraba el agua. Al igual que en el inicio de una enfermedad, un pequeño síntoma no augura la tormenta que podría aproximarse. Es por ello que la ondulación del aire comienza a expandirse en forma lenta y sigilosa y a transcurrir con mayor cercanía, violentando el reposo e invitando a la música a generar un mayor movimiento, ya sea en duración, dinámica o registro.Instante dos – Paisaje ondulante, es el paso natural a la excitación ocurrida anteriormente. Aquí contemplamos el agua, aludiendo a la ondulación que se produce por el viento o por un objeto que cayó en su superficie, y como éstas se van expandiendo a distintas velocidades.

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En el Tercer Instante – Sumergido en agua, encontramos gestos que nos dan a entender que nos ubicamos bajo la superficie, pudiendo reconocer sonidos graves u otros como si tuviéramos tapones en nuestros oídos. Es un constante transitar de momentos fuera y dentro del agua. Este instante finaliza con dos notas largas precedidas de una gran respiración, como si nos faltara el aire para poder continuar bajo ella. 

Instante cuatro – Curso del agua, rítmicamente hablando es el instante con mayor movimiento. Este funciona como un resumen de toda la pieza, encontrando frases más extensas y continuas, con cambios abruptos, al igual que la corriente de un río con una pendiente prominente. Aquí converge la esencia de todo el material musical elaborado en la pieza. Comparada con las tres anteriores, ésta demanda mayor destreza y exigencia del intérprete.